El cromosoma Y sólo existe en
varones y todos los individuos varones emparentados por línea paterna comparten
el cromosoma Y (casi en su totalidad) pues se hereda directamente de padres a
hijos sin mezclarse con ningún material procedente de la madre. Por tanto, sólo
es posible identificar linajes paternos mediante el estudio de su cromosoma Y,
mientras que no es posible identificar individuos. Respecto a los polimorfismos
del cromosoma Y se analizan microsatélites (STRs).
Los principales problemas derivan
de las características hereditarias del cromosoma Y:
No es único de cada persona, sino que es
común para todos los pertenecientes a un linaje paterno común.
Sólo se puede aplicar a los hombres de modo
que en un estudio de paternidad, como por ejemplo, no sirve para determinar si
un hombre es padre de una mujer.
Existen varios casos especiales
en los cuales el análisis de los polimorfismos del cromosoma Y son de gran
utilidad:
Casos de paternidad:
Casos de paternidad en los que no se
dispone de material biológico de la madre. Nos bastará con disponer de la
muestra del padre y compararla con la del presunto hijo para comprobar si ambas
presentan idénticos polimorfismos Y.
En casos complejos en los que falta el
padre, pero tenemos por ejemplo al abuelo.
Casos de mezclas en agresiones sexuales:
Agresiones en las que el semen
del sospechoso varón se encuentra mezclado con células de una víctima mujer:
los polimorfismos del cromosoma Y son detectados de forma más sensible en el
ADN de un individuo a pesar de que éste se encuentre inmerso en una gran
cantidad de ADN femenino. Con marcadores nucleares esto no ocurre pues se
detecta antes el material femenino sobre todo si la cantidad de células
epiteliales femeninas es muy superior al número de espermatozoides. Además, el
uso de polimorfismos de ADN del cromosoma Y nos permite incluir o excluir a un
sospechoso cómodamente.
Delitos en los que el agresor es un
individuo azoospérmico: los individuos azoospérmicos tienen ausencia de
espermatozoides en el eyaculado. Los espermatozoides son la mayor fuente de ADN
en las muestras de semen, por lo que un individuo azoospérmico tiene mucho
menos ADN seminal para el análisis. La cantidad de ADN por mililitro (mL) en el
eyaculado de un individuo espérmico es aproximadamente de 450 microgramos (μgr)
en los espermatozoides y de 30 μgr en los leucocitos y células epiteliales.
Por ello, en un individuo
azoospérmico, el contenido de ADN es aproximadamente de sólo el 6.3% del
contenido en un individuo espérmico. Por las mismas razones que en el caso
anterior, es posible la detección de ADN de las células epiteliales y los
leucocitos en eyaculados de individuos vasectomizados aunque se encuentre
mezclado con ADN de la víctima.
Agresiones sexuales múltiples: el uso de
los microsatélites del cromosoma Y en estos casos permite determinar el número
mínimo de agresores.
Otros tipos de mezclas: En mezclas de
sangre-sangre, o de sangre-saliva, o de sangre-pelos, el cromosoma Y es una
herramienta de trabajo que puede aportar valiosa información.
Como herramienta de «screening»:
En casos de agresión sexual: los
polimorfismos Y pueden servir para relacionar rápidamente estos casos (bases de
datos) y excluir sospechosos de manera rápida antes de profundizar en
marcadores autosómicos.
En grandes catástrofes: Cuando en una
catástrofe aparece un gran número de cadáveres puede ser interesante
clasificarlos según sus polimorfismos Y para poder discriminar qué cadáveres
tendremos que cotejar con cada familia antes de realizar los estudios de ADN
nuclear autosómico. Esto resulta muy útil cuando, por ejemplo, los familiares
vivos que se usan como muestras de referencia son los hermanos de las víctimas.
Para terminar este apartado
diremos que tanto el ADNmt como los polimorfismos del cromosoma Y tienen mucho
menos poder de discriminación que el ADN nuclear autosómico utilizado
habitualmente. Ninguno de estos tipos de ADN identifica individuos, sino líneas
familiares maternas y paternas.
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