Con la denominación de genética
forense se define el uso de ciertas técnicas empleadas en genética para la
identificación de los individuos en base al análisis del ADN. El hecho de
utilizar el análisis de ADN para identificar a una persona sigue un
razonamiento sencillo. Cada ser humano es diferente; dos personas pueden ser
más o menos parecidas, sobre todo entre familiares cercanos, pero nunca son
idénticos, salvo en el caso de los gemelos univitelinos. Esta diferenciación
entre las personas se debe a que existen millones de combinaciones posibles de
ADN entre un óvulo y un espermatozoide, debido a la recombinación genética que
se produce en la meiosis. Pero a pesar de ello, los genes de todos los seres
humanos son poco variables y constituyen un gran porcentaje de la información
contenida en la molécula de ADN; la información restante, incluye sectores que
pueden exhibir un cierto grado de variabilidad entre los individuos, en
consecuencia: “todos los seres humanos tenemos sectores del ADN en común y
otros que no lo son”. El llamado Análisis de ADN es un conjunto de técnicas
utilizadas para detectar sectores en la cadena de ADN que son variables en la
población. Estas regiones son denominadas regiones polimórficas o
polimorfismos. El término polimorfismo expresa la variabilidad que existe
dentro de un fragmento de ADN, es decir, el número de alelos que hay en un
locus. Como regla general cuantos más alelos haya, mayor polimorfismo, y por
tanto mayor poder de identificación. Al analizar un determinado número de
regiones polimórficas la probabilidad de que dos individuos sean genéticamente
iguales es prácticamente nula, excepto en los gemelos univitelinos.
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