Una huella dactilar es la impresión visible o moldeada que
produce el contacto de las crestas papilares de un dedo de la mano
(generalmente se usan el dedo pulgar o el dedo índice) sobre una superficie.
Depende de las condiciones en que se haga el dactilograma (impregnando o no de
substancias de color distinto al soporte en que asiente), y de las
características del soporte (materias plásticas o blandas, en debidas
condiciones). Sin embargo, es una característica individual que se utiliza como
medio de identificación de las personas (ver biometría).
El sistema de identificación de las personas a través de las
huellas fue inventado por Juan Vucetich (nacido en la actual Croacia,
registrado inicialmente con el nombre Iván Vučetić y nacionalizado argentino),
y el invento se desarrolló y patentó en Argentina, donde también se usó por
primera vez el sistema de identificación de huellas para esclarecer un crimen.
Tambien El 1 de septiembre de 1891 Vucetich hizo las primeras fichas dactilares
del mundo con las huellas de 23 procesados, y se estableció como Día Mundial de
la Dactiloscopía, Luego de verificar el método con 645 reclusos de la cárcel de
La Plata, en 1894 la Policía de Buenos Aires adoptó oficialmente su sistema. El
primer archivo dactiloscópico en América Latina se fundó en México, por obra de
Ernesto Abreu Gómez, en el año de 1914 en la ciudad de Mérida, Yucatán.
La disciplina científica que estudia las huellas dactilares
se llama dactiloscopía, y dentro de ella existen dos grandes ramas con su
propia clasificación de huellas.
El sistema de identificación dactilar en España fue creado por el doctor Federico Olóriz Aguilera.
Propiedades
Está demostrado científicamente que los dibujos que aparecen
visibles en la epidermis son perennes, inmutables, diversiformes y originales:
Son perennes
porque, desde que se forman en el sexto mes de la vida intrauterina, permanecen
indefectiblemente invariables en número, situación, forma y dirección hasta que
la putrefacción del cadáver destruye la piel.
Son inmutables, ya
que las crestas papilares no pueden modificarse fisiológicamente; si hay un
traumatismo poco profundo, se regeneran, y si es profundo, las crestas no
reaparecen con forma distinta a la que tenían, sino que la parte afectada por
el traumatismo resulta invadida por un dibujo cicatrizal.
Son diversiformes,
pues no se ha hallado todavía dos impresiones idénticas producidas por dedos
diferentes.
Son originales, ya
que todo contacto directo de los lofogramas naturales producen impresiones
originales con características microscópicas identificables del tejido
epidérmico. Se puede establecer si fueron plasmadas de manera directa por la
persona o si trata de un lofograma artificial.
Crestas papilares
Las crestas papilares son glándulas de secreción de sudor,
situadas en la dermis, llamada glándulas sudoríparas. Constan de un tubo
situado en el tejido celular subcutáneo, formado por un glomérulo glandular con
un canal rectilíneo, que atraviesa la dermis, y termina en la capa córnea de la
epidermis, concretamente en el poro, que es un orificio situado en los lomos de
las crestas papilares.
Una vez el sudor sale, se derrama por todas las crestas y se
mezcla con la grasa natural de la piel; lo que da lugar a que, cuando se toque
o manipule un objeto apto para la retención de huellas, las crestas dejen una
impresión en é
Impresión dactilar
La impresión dactilar es la reproducción hecha a propósito
sobre la cartulina o en papel de dactilograma natural (dibujo papilar),
impregnado en tinta, generalmente tipográfica.
Puntos característicos
Se designa con ese nombre a las particularidades papilares
que, en detalle, ofrecen las crestas en su curso por el dactilograma natural y
su impresión. Es decir, son las convergencias, desviaciones, empalmes,
interrupciones, fragmentos, etcétera, de las crestas y de sus surcos (islote,
bifurcación, punto, cortada, horquilla, empalme, encierro).
Cuando se cotejan dos huellas dactilares, una dubitada y la
otra indubitada, en España se buscan como mínimo 12 puntos característicos,
aunque la obtención de al menos ocho ya tiene validez jurídica.
La identificación de personas por sus
huellas digitales
Huella del pulgar derecho de Francisca Rojas, primera
asesina identificada por sus huellas dactilares.
En las antiguas Babilonia y Persia se usaban las impresiones
dactilares para autenticar registros en arcilla, pues ya se conocía su carácter
único.
En 1883, el francés Alphonse Bertillon propuso un método de
identificación de personas basado en el registro de las medidas de diversas
partes del cuerpo. Su método, adoptado por las policías de Francia y otras
partes del mundo, tuvo un estrepitoso fracaso cuando se encontraron dos
personas diferentes que tenían el mismo conjunto de medidas.
El uso de los relieves dactilares fue por primera vez objeto
de un estudio científico por el antropólogo inglés Francis Galton (1822-1911),
quien publicó sus resultados en el libro Huellas dactilares (1892). Los mismos
verificaron tanto la invariabilidad de las huellas digitales a lo largo de toda
la vida de un individuo como su carácter distintivo aun para gemelos idénticos.
Los estudios de Galton estuvieron orientados a la determinación de las
características raciales hereditarias de las personas (sobre las que las
huellas digitales no podían dar información) y determinó algunas
características de las huellas que todavía se usan hoy en día para su
clasificación. Con base en ello, Galton propuso usarlas para la identificación
personal en reemplazo del inexacto sistema Bertillon, entonces en uso.
Los cuarenta rasgos propuestos por Galton para la
clasificación de las impresiones digitales fueron analizados y mejorados por el
investigador de la policía de la provincia de Buenos Aires Juan Vucetich, a
quien el jefe de policía, Guillermo Núñez, le había encomendado sentar las
bases de una identificación personal confiable.
Vucetich determinó, inicialmente, ciento un rasgos de las
huellas para clasificarlas en cuatro grandes grupos. Logró luego simplificar el
método basándolo en cuatro rasgos principales: arcos, presillas internas,
presillas externas y verticilos. A partir de sus métodos, la policía bonaerense
inició en 1891, por primera vez en el mundo, el registro dactiloscópico de las
personas. En el año 1892, hizo por primera vez la identificación de una
asesina, con base en las huellas dejadas por sus dedos ensangrentados (en
particular por su pulgar derecho) en la escena del crimen de sus dos hijos, en
la ciudad de Necochea (provincia de Buenos Aires). La mujer, de nombre
Francisca Rojas, había acusado de los asesinatos a su marido.
El método lo describe Vucetich detalladamente en sus escritos
Instrucciones generales para el sistema antropométrico e impresiones digitales,
Idea de la identificación antropométrica (1894) y Dactiloscopía comparada,
presentado en el segundo Congreso Médico de Buenos Aires (1904). El último
trabajo recibió premios y distinciones en todo el mundo y fue traducido a los
principales idiomas. Luego de más de un siglo de su implantación —aunque han
variado sustancialmente los métodos de relevamiento, archivo y comparación—, la
identificación de huellas dactilares todavía se basa en los cuatro rasgos finalmente
elegidos por Vucetich.
Identificación individual a través de las
bacterias dactilares
El 15 de marzo del 2010 vio la luz un artículo científico que informa
el descubrimiento de que las comunidades de bacterias que alberga la piel son
diferentes en cada individuo, es decir, se propone el uso del análisis de las
bacterias de las huellas dactilares de un individuo para fines de
identificación forense. El texto, que se intitula "Forensic identification
using skin bacterial communities" ("Identificación forense a través
de las comunidades bacterianas de la piel", aún no traducido al español),
firmado por los doctores Noah Fierer (director del proyecto de investigación),
Christian L. Lauber, Nick Zhou, Daniel McDonald, Elizabeth K. Costello y Rob
Knight (de la Universidad de Colorado, en Boulder, y del Instituto Médico
Howard Hughes), se publicó en el número del día 1 de marzo del 2010 de la
revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States
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